Barcelona suspende la concesión de nuevas licencias de actividad mientras elabora un plan de usos
El objetivo es impedir que la oferta comercial destinada sólo a los turistas siga incrementándose en el futuro
La opinión mayoritaria entre los barceloneses de que la Rambla no puede seguir dando pasos acelerados para convertirse única y exclusivamente en un parque temático urbano para turistas ha calado en la administración local. Revertir la situación de un paseo monopolizado por una oferta comercial dirigida sólo a las decenas de miles de visitantes extranjeros que pasan cada día por esta calle, y que no resulta nada atractiva a los propios barceloneses, no será una tarea fácil ni que pueda resolverse en unos pocos años. El Ayuntamiento de Barcelona tomó el miércoles una decisión muy importante para, por lo menos, evitar que la banalización de la Rambla vaya todavía a más: suspender la concesión de licencias para la apertura de nuevos establecimientos de pública concurrencia, hotelera y otras actividades.
La medida tiene un carácter preventivo y es obligada para poder elaborar y aprobar un plan de usos específico para la Rambla. De hecho, la modificación del plan de usos del distrito de Ciutat Vella aprobada en este mandato ya apuntaba una serie de restricciones a la apertura de determinado tipo de establecimientos de pública concurrencia en la Rambla y su entorno. Ahora, lo que hará el Ayuntamiento es concretar una regulación específica para una calle por la que pasan anualmente más de 100 millones de personas. El plan de usos requerirá un consenso social que el distrito de Ciutat Vella lleva tiempo tejiendo con las entidades de la zona y también con algún grupo político del Consistorio.
El anuncio suspendiendo la concesión de licencias y comunicados fue publicado ayer en el Butlletí Oficial de la Província y ha empezado a tener vigencia a las 0 horas de hoy. De este modo, publicando el anuncio sin previo aviso, el Ayuntamiento ha evitado que algún negociante avispado pudiera solicitar licencia iniciando así la tramitación para la apertura del negocio justo el último día en que esto era posible.
La suspensión afecta a una tipología muy diversa de establecimientos. Una de las más destacadas es la de las actividades musicales. En esta clasificación entrarían los bares musicales (con música en directo o enlatada), las discotecas, las salas de baile y de fiesta, los cafés teatro y los karaokes. Tampoco podrán abrirse, mientras este vigente esta suspensión provisional, más restaurantes, bares y salones de banquetes.
Asimismo, la paralización de licencias afectará también a los establecimientos alimentarios en régimen de autoservicio y polivalentes, así como tiendas de conveniencia de menos de 500 m2 de superficie de venta (que, por regla general, pueden abrir hasta 18 horas al día), los locales con máquinas expendedoras de alimentos y los de degustación. Tampoco heladerías ni horchaterías. Y, por supuesto, hoteles, aparthoteles, pensiones y apartamentos turísticas al considerarse la Rambla zona de alta densidad. La idea del Ayuntamiento es dejar por ahora la Rambla como está, en lo que respecta a su oferta comercial, antes de abordar reformas profundas mediante un plan de usos que, en ningún caso, eliminará tiendas ya existentes. Tampoco afectará a aquellas licencias o comunicados que ya se estén tramitando. Lo que es seguro es que en la Rambla, por ejemplo, no se abrirán más tiendas de souvenirs ni en el próximo año -periodo de vigencia de la suspensión de licencias- ni más adelante, cuando ya se esté aplicando el plan de usos. Pero la reducción del número de comercios de estas características tampoco será posible hasta que el titular decida el cese de la actividad.
El Ayuntamiento de Barcelona no oculta que una de sus aspiraciones es que la Rambla consiga atraer a un comercio de más calidad. Es consciente de que nunca será un paseo de Gràcia o incluso un Portal de l'Àngel, entre otras cosas porque los locales de la Rambla -mucho más reducidos- no lo permiten, pero espera que algunas marcas importantes empiecen a pensar en la arteria más famosa de la ciudad. Por ahora, la única operación comercial importante prevista en la Rambla es la apertura de una megastore de Mango en la esquina con la calle Canuda, en una finca de la que se ha conservado sólo la fachada.
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